-------
Escuché por primera vez el Ave Maria de Shubert, durante una misa cantada en una Iglesia muy grande de Bogotá, no recuerdo que edad tenía, solo recuerdo la picazón de vestido, los zapatos nuevos, mi susto si se ensuciaban, y yo moviéndome inquieta sobre mis rodillas mientras toda aquella gente se tomaba, para mi, todo el tiempo del mundo para comenzar la Misa. Afuera hacia frío, adentro el ambiente estaba casi caliente. Adelante estaban las señoras con rebozos dorados, grises, negros; Señores vestidos de paño y niñas cuyas crinolinas sonaban al pasar por el pasillo de la Iglesia. De pronto todo pasó a segundo, tercer, último lugar, el silencio irrumpio y dejó entrar las notas de aquella voz mágica, que yo entendí como la señal de los ángeles de que Dios nos amaba. Yo era una niña, y Dios quiere los niños.
La vida ha pasado a tiempo y compás adecuado; cuando tengo ganas de hablar con Dios, busco a Shubert;le dije te amo a mi hija en su matrimonio a través de sus notas; lo solicité como mi último regalo a mi mejor amiga, cuando en su entierro, no podía hablar por el llanto y necesitaba decirle cuánto la quería. Hoy tengo que escucharlo, hoy lo he encontrado en esta nueva vía al cielo en que podemos convertir la tecnología; por youTube. Hoy estoy rezando a la Virgen morena de Guadalupe, porque es la que más cerca está de mi gente y coloco la de la Concepción porque me parece hermoso que ella hable por nosotros; por eso, hoy, le suplico justicia para sus hijos, mis niños... justicia de parte de la Iglesia Católica Apostólica y Romana; que no contenta con haber colocado a la mujer en tercer plano; atropella a sus hijos en medio de la impunidad.
"Ave Maria... gracia plena, ruega señora por nosotros.... "