Curas pedófilos en América latina
Mientras nuevas denuncias de abuso sexual a menores contra clérigos de la institución provocaron la suspensión de tres sacerdotes en Brasil, un cura español fue detenido en Chile acusado de posesión de pornografía infantil.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-142149-2010-03-17.html
CITO: ''El cura abusador está más protegido que un hombre común''
Por Sonia Santoro | 3.8.2005
Regina Soares Jurkewicz fue despedida de un Instituto de Teología de Brasil por difundir una investigación sobre abusos sexuales cometidos por curas contra mujeres y niñas en ese país. Aquí explica el plan sistemático que usa la Iglesia Católica para encubrir abusadores.
El último mes fue uno de los más agitados de la vida de la socióloga brasileña Regina Soares Jurkewicz. El 30 de junio, a la semana de hacer público su libro Develando la política del silencio: abuso sexual de mujeres por curas en Brasil, fue despedida del Instituto Teología de Santo André en el que ejercía hacía 8 años. Los medios de Brasil se escandalizaron con la noticia: estuvo en siete programas de TV y no recuerda cuántas notas dio a medios gráficos; recibió 200 e-mails de solidaridad de 14 países y otros tantos llamados de apoyo. De la jerarquía de la Iglesia Católica sin embargo, nadie levantó el tubo. Tampoco lo hizo ningún funcionario del gobierno de Ignacio Lula Da Silva. Confirmando que la política del silencio con que la Iglesia trata de tapar los casos de abusos sexuales de sus curas de manera sistemática y al margen de la ley, también se aplica para silenciar a las voces disonantes.
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AGREGO: Qué no se haga el p&%$ que este asunto viene de largo tiempo saboteando como han hecho en todos los países donde la mano negra de un iglesia que se cae a pedazos a punta de corrupción y atropellos. Acabo de subir al blog dignidadespedirjusticia o los jinetesdelapederastia, un artículo que yo SABÍA que tenía sobre el particular. Y no me vengan con arengas religiosas que protegen estos absusadores porque la vida espiritual no tiene NADA que ver con esa pelea absurda naturaleza vrs. ser humano que se invetaron para proteger sus finanzas.
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4 comentarios:
Soares Jurkewicz es católica. Tiene 50 años y ha dedicado gran parte de ellos a estudiar la fe: es socióloga de la religión y está haciendo un doctorado en Ciencias de la Religión (este libro es parte de su tesis). Ha trabajado durante años en pastorales sociales, otro tanto con un grupo de monjas benedictinas, y durante 12 años estuvo en el Centro Ecuménico de Servicios a la Evangelización Popular de San Pablo. Siempre mantuvo una postura crítica hacia la Iglesia tradicional: trabajó con las ideas de la Teología de la Liberación, y ahora se encuadra dentro de la teología feminista pero siempre en un contexto latinoamericano.
Hacía 8 años que daba clases en el Instituto de Teología de Santo André de San Pablo cuando fue llamada por la dirección y despedida por "diferencias insuperables".
- ¿Usted esperaba una reacción de este tipo?
- Esperaba que me advirtieran pero no que me echaran sin consultarme. La carta de mi despido ya estaba lista cuando me llamaron. La reunión duró cinco minutos. Lo único que pregunté es si era la posición del instituto, porque pensé que el obispo había intervenido. Me dijeron que sí era la posición del instituto porque es parte de la Iglesia.
Soares Jurkewicz es una de las coordinadoras de la organización no gubernamental Católicas por el Derecho a Decidir de Brasil. Su investigación fue editada por la ong y financiada por el Fondo para el Desarrollo de las Naciones Unidas para la mujer (UNIFEM), y releva algunos estudios previos sobre abuso de religiosos. Entre ellos se destaca el del periodista español Pepe Rodríguez, Pederastía en la Iglesia Católica: delitos sexuales del clero contra menores; un drama silenciado y encubierto por los obispos del 2002.
Soarez Jurkewicz retoma una encuesta relevada por Rodríguez que estima que el 60 por ciento de los clérigos tiene relaciones sexuales: el 26 por ciento con menores, y el 7 por ciento cometen abusos graves. Y sobre todo hace hincapié en que el mismo Código del Derecho Canónico orienta a la jerarquía de la Iglesia para que encubra los delitos de los curas con el fin de evitar escándalos y salvaguardar la imagen de la Iglesia y el clero.
Rodríguez plantea que hay un "decálogo básico" que sigue la Iglesia para encubrir a los abusadores: los obispos encaran acciones disuasorias con la víctima y su familia; encubren los casos de abuso para que no se hagan públicos llegando incluso a sobornar víctimas y familiares o trasladando al cura a otra parroquia; inician un expediente canónico que jamás avanza; niegan lo ocurrido planteando que el sacerdote es una figura santa; descalifican públicamente a las víctimas; o atribuyen los hechos a campañas orquestadas contra la iglesia.
El trabajo de Soares Jurkewicz no hace más que confirmar la aplicación de ese decálogo por parte de la iglesia de su país. Relevó 21 casos de abusos de parte de sacerdotes a niñas y mujeres --desde pedofilia, abuso sexual, estupro e infracción a los votos del celibato-- que se habían conocido mediáticamente entre 1993 y 2002 en Brasil. De esos 21 casos, apenas cinco originaron procesos en la justicia y la mayoría no fue esclarecido. 17 se referían a abuso de sacerdotes contra nenas y adolescentes de entre 9 y 16 años.
En todos hay una asimetría económica, cultural, etaria, de género y clase social entre las denunciantes y los denunciados. Se trataba en general de nenas que recibían ayuda económica o material de parte de la iglesia, o de mujeres que trabajaban en la parroquia. Cuatro casos derivaron en embarazo.
- ¿Por qué cree que la despidieron si usted no cuenta nada nuevo en su libro?
- Lo que afectó es que el eje de la investigación es la observación de que la jerarquía católica en Brasil tiene procedimientos generales para aplicar a distintos casos de abuso. Eso es lo que incomodó. Siempre el obispo trata de minimizar, de decir que el abuso no existe, que la víctima provocó. La Iglesia no facilita las averiguaciones y el cura es transferido sin que la comunidad que lo recibe sea avisada, lo que favorece la reincidencia.
- Sobornos, amenazas a las víctimas...¿la Iglesia actúa como una mafia?
- No sé si la palabra mafia ayuda, pero se trata de preservar la imagen de la Iglesia a costa de lo que sea. Sino, se reconoce el error de un cura aislado pero creo que va más allá porque tiene que ver con la manera que la Iglesia entiende la sexualidad, el celibato obligatorio, por ejemplo. No digo que por el celibato hay abusadores pero la vivencia de la sexualidad entre los cuadros de la Iglesia no es saludable porque está marcada por prohibiciones.
- ¿Cree que hubo tanta repercusión porque son casos de abuso hacia el sexo femenino, está más legitimada la relación homosexual de los curas?
- Muchas veces se vincula la pedofilia a la homosexualidad. Pero los pedófilos pueden ser homo o heterosexuales, lo que hay es un aprovechamiento de la vulnerabilidad de niños y niñas. Lo que sí pasa en la sociedad brasileña y creo que en casi todas, es que es más fácil reconocer que una criatura puede ser víctima, sea del sexo que sea, pero es más difícil aceptar que la mujer pueda ser víctima. Continúa la imagen de la mujer como tentación, como pecado, como que provocan el abuso. Incluso un portavoz de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, consultado para la investigación, dijo que no era para tanto, que estábamos cargando las tintas y que muchas mujeres se sientan en el primer banco de la Iglesia y cruzan las piernas provocando a los padres, como si eso justificara la violencia sexual.
- Usted plantea que la Iglesia trata los abusos como pecados, no como delitos.
- Es como si todo se pudiera resolver dentro de la Iglesia, sin ir a la justicia civil. El padre que comete un abuso está mucho más protegido que un hombre común.
- En la práctica el Estado laico parece no existir.
- Tenemos un Estado laico y el cura tiene que estar sujeto a sus leyes, no a las de la Iglesia. No compete a la Iglesia definir cuestiones de justicia cuando hay delitos. El padre es ciudadano antes de ser padre.
- ¿Los obispos estarían cometiendo delito de encubrimiento?
- En un caso el obispo fue acusado de intentar hablar con las denunciantes para que retiraran las quejas y se abrió un proceso contra él, pero salió libre. También creo que hay una cuestión cultural detrás de los sistemas eclesiales, los operadores de ley y el sentido común, que es la idea de que el cura es inmune al deseo sexual, que tiene algo de sagrado y que no se puede sospechar que es un agresor sexual. Entonces, la fuerza de esas ideas dificulta los procedimientos de investigación porque esto en general pasa en ciudades pequeñas del interior, donde la gente no quiere saber qué pasó, quiere tapar para que no haya escándalo.
- ¿Qué pasa con las víctimas?
- Eso agrava sus situaciones. Además el cura tiene relaciones con la gente importante del poder de una ciudad, como el intendente... entonces, cómo una mujer pobre, que limpia la parroquia, va a tener credibilidad. Hay un descrédito a priori.
- ¿Qué fue lo que más la impactó al hacer la investigación?
- Dos cosas. Una, fue la situación de sufrimiento de las que denunciaron porque es pagar un precio muy caro por hacerlo, porque además de haber vivido violencia ahora están expuestas a todo: algunas cambian de ciudad, no consiguen trabajo, las más jóvenes sufren persecución en la escuela. Hubo un caso en que apedrearon a una chica. Las familias quedan expuestas, la sociedad las culpabiliza. Hay dolor y no hay protección porque la opinión pública en general no las defiende. Y la otra cuestión fue descubrir que el sistema de justicia está muy condicionado. Al hablar con los abogados defensores de curas y con los operadores de la ley, es impresionante porque lo que vale es la utilización de argumentos inteligentes y adecuados, no la verdad.
- ¿Las víctimas tienen abogados gratuitos?
- Sí, del ministerio público, mientras que el de los curas es el más prestigioso. Eso es lo que más me impactó porque da impotencia. Si tienes contactos y poder logras muchas cosas, sino estás jodida. Pensé: en Brasil hay campañas para que las mujeres denuncien violencia pero pienso que es muy serio hacer denuncias porque se exponen a cosas injustas, complicadas y hasta peligrosas para su vida. Hay que advertir a quienes hacen las denuncias.
- ¿Eso le trajo conflicto con sus propias creencias?
- Creo que hay que hacer denuncias, no hay otro camino. Vale la pena porque evita que les pase a otras pero hubo una víctima a la que su marido le dio una paliza, sufren traumas psicológicos, está la pérdida de privacidad de las personas. No puedo dejar de reconocer que es muy pesado.
- ¿Cómo cree que se resolverían o evitarían los abusos en la Iglesia?
- Creo que si una de las razones por la que la Iglesia pierde credibilidad es por los abusos, el tema tiene que dejar de ser tabú. Que se discuta dentro de la Iglesia por qué pasa, qué procedimientos hay que hacer. En EEUU hay centros de acogida para curas que abusan donde se les da acompañamiento psicológico, por ejemplo. Además, falta que se les brinde atención a las víctimas.
- Para hacer eso la Iglesia tendría que ser más humilde.
- Más humilde y buscar el diálogo. El teólogo brasileño Leonardo Boff, cuando murió el Papa y le preguntaron qué esperaba del próximo dijo "que la Iglesia deje de ser prepotente". Eso sería un avance enorme porque vale para tantas otras cosas.
Lic. Diana Resnicoff
Psicóloga clínica. Sexóloga clínica
E-mail: dresni@elsitio.net
http://ar.groups.yahoo.com/group/seduccion_erotismo_sexualidad/
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